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El Caracazo: Primera batalla contra el neoliberalismo

Los venezolanos fueron masacrados, las cifras oficiales dijeron que se trataba solo de 300 fallecidos, cuando las mismas superan los 3 mil. Fosas comunes utilizadas por los represores son rastros históricos. "Esa fibra de pueblo rebelde, de pueblo arrecho, es absolutamente necesaria para perpetuar la vida de nuestra Revolución Bolivariana", refiere el escritor sobre temas sociales Gonzalo Ramírez
Palacio de Miraflores, Caracas. El 27 de febrero de 1989 significó la primera batalla contra el neoliberalismo. Hombres, mujeres y jóvenes, se rebelaron contra un modelo de la desviación capitalista ya desgastado en el mundo. La gesta del pueblo heroico, que salió a defender al país, ha permitido seguir cosechando la victoria de una Revolución bolivariana y soberana.

Esta explosión social fue definida como "El Caracazo”. El pueblo fue el principal actor en la lucha por un país de iguales, respeto e inclusión.

Lo que conllevó el despertar de los venezolanos y venezolanas, fue la aplicación del “paquetazo” neoliberal y hambreador impuesto por Carlos Andrés Pérez (CAP).

Estas medidas se tradujeron en miseria, desempleo y exclusión. En un escenario con una inflación de más de 30%, entró en vigencia el aumento de la gasolina y el pasaje del transporte colectivo subió 30%.

El salario de los venezolanos se deterioró en 50% y no existían programas que garantizaran la seguridad social y alimentaria de la población.

Con el paquete de medidas se vendió el país al Fondo Monetario Internacional (FMI). Estados Unidos se apoderaba de todas las riquezas del país y muchas familias perdieron sus viviendas por el aumento en las tasas de los créditos hipotecarios.

Las políticas económicas neoliberales de CAP descapitalizaron al país e hicieron más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.

Ese lunes 27 de febrero de 1989 el pueblo se levantó frente a aquel panorama. Hace 23 años, miles de venezolanos bajaron de los cerros de manera imprevista. Sin armas se sublevaron contra una aparente democracia que le había sometido a la peor de las pobrezas.

Sabían los venezolanos que las medidas económicas, como las dictadas por CAP, afectan solo al pueblo y nunca a los aristócratas. En esta emblemática fecha se corroboró que el pueblo y los estudiantes estaban juntos defendiendo al país.

A finales de 1988 el presidente de turno reconocería ante la nación que el número de hogares pobres casi alcanzaba el 53%, mientras que la deuda externa superaba los 30 mil millones de dólares.

Las reservas internacionales llegaron a un nivel muy crítico. Aunque la economía se estaba expandiendo, dicho comportamiento era ficticio y había llegado a sus límites.

Como respuesta comenzaron en Guarenas las protestas espontáneas de los pasajeros de transporte interurbano, por el alza de las tarifas y la eliminación arbitraria del beneficio del medio pasaje estudiantil.

El reclamo se extendió al otro lado de la ruta Caracas-Guarenas y el terminal de pasajeros del Nuevo Circo fue ocupado por estudiantes que denunciaban a los chóferes.

Aparecieron barricadas que bloquearon el tráfico en las avenidas Bolívar, Fuerzas Armadas, Plaza Venezuela y la autopista Francisco Fajardo.

El desborde popular alcanzó el interior del país cuando San Cristóbal, Barquisimeto, Maracay, Barcelona, Puerto La Cruz, Mérida, Maracaibo y Valencia se incorporaron a la protesta.

No pasaron muchas horas para que CAP y su gabinete, ordenaran a la Policía Metropolitana y efectivos militares reprimir la expresión de rebeldía de un pueblo, que para el Ejecutivo solo era vandalismo.

Se suspendieron en todo el territorio nacional las garantías establecidas en los ordinales primero, segundo, sexto y décimo del artículo 60 y en los artículos 62, 64, 66, 71 y 115 de la Constitución de 1.961.


Memoria nuestra

El escritor sobre temas sociales Gonzalo Ramírez suscribió lo que en un grafiti apareció cuando se cumplieron 20 años (en el 2009) del 27 de febrero, este decía: “El 27 de Febrero marcó el camino. No solo lo marcó, lo abrió”.

“Hoy podemos estar construyendo un nuevo modelo de sociedad por esta rebelión popular, que no solo se restringió a Caracas sino que fue de carácter nacional”.

El pueblo nunca vencido

En su opinión, 23 años que se cumplen este lunes llaman a reivindicar hoy más que nunca nuestra condición de pueblo “arrecho”, que es igual al pueblo nunca vencido.

En medio de su reflexión, coteja y dice: “El mismo pueblo que estalla el 27 de febrero de 1989 es el mismo pueblo que salva a la Revolución Bolivariana el 13 de abril de 2002. He ahí una continuidad”.

Sugiere entonces Ramírez que la tarea de todos los venezolanos y venezolanas, es hacer el mayor esfuerzo para forjar memoria colectiva.

“(…) El sentido, la razón de nuestra historia contemporánea, la que estamos viviendo y haciendo”. Expresa que el 27-F nos marca a todos un camino.

Recuerda que tras El Caracazo empezó a circular una consigna que siempre hay que reivindicarla: “No hay pueblo vencido”.

“Esa fibra de pueblo rebelde es absolutamente necesaria para perpetuar la vida de nuestra Revolución Bolivariana. Somos rebeldes cuando tenemos que serlo”, sostiene.

Lo que no hay que olvidar

Refirió Gonzalo Ramírez que si existe algo que desde el punto de vista cronológico debe estar claro en la memoria del pueblo y que no debe ser olvidado, es la “represión brutal de los cuerpos de seguridad del “puntofijismo”, lo cual era la política dominante para aquel momento.

“El Caracazo es memoria nuestra que debe seguir sacudiéndonos. El desencadenante del 4 de febrero fue El Caracazo”, manifestó.

Un catalizador

El presidente Chávez refirió durante la conmemoración del 27 de febrero de 1989, “Día de la Rebelión Popular”, en el año 2011, desde la avenida Francisco de Miranda, que El Caracazo “aceleró, fue un disparador, un catalizador, porque la Rebelión del Pueblo nos impulsó aún más a los militares patriotas al 4 de febrero del 1992. Tres años después, nosotros salimos fue a responderle al pueblo mártir del 27 de febrero de 1989”.

Se trató del “pueblo masacrado, pueblo traicionado muchas veces. La masacre recorrió todas estas calles, desde Petare hasta El Valle. La tragedia de El Caracazo nos golpeó el rostro a los soldados venezolanos”, expresó en aquel momento el jefe de Estado.

Veintitrés años después muchas cosas han pasado: Nació la patria nueva de la que se apropian los hombres, las mujeres, adultos mayores, niños, niñas y la juventud de la patria de Bolívar.

El 27-F quedó en la memoria colectiva como un hito en las luchas populares contra las clases oligárquicas, que solo se han aprovechado de las riquezas nacionales.
 
Fuente: Prensa Presidencial / Anaís Pérez

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